domingo, 2 de junio de 2013

El niño del columpio (miedo)

Abro los ojos. Es de noche y el frío que entra por la ventana hace que todo mi cuerpo tiemble. Cierro la ventana curiosa ya que la noche anterior mamá la cerró. No importa, a lo mejor la volvió a abrir. Cierro la puerta de la habitación y me calzo mis pequeños zapatos rosas. Bajo a la cocina y de puntillas cojo una botella de leche y doy un trago. Está fresquita y hace que mi pequeño cuerpo vuelva a temblar. Últimamente tengo frío siempre. Me acerco a la puerta trasera, que también está abierta para cerrarla. En la niebla veo a un niño moreno jugando en mi columpio. Le grito que se baje y lo deje tranquilo. ¡Es mio! Pero el niño no se va. Sigue ahí, recto como una roca. Me mira a los ojos y subo asustada las escaleras. Me tropiezo en el último pero no me hago pupa. Entro en la cama llorando y abrazo a mi perrito Toto. Cierro los ojos con mucha fuerza asustada del niño roba columpios. Los cierro tan fuerte lloran cada vez más pero no me atrevo a ir a la cama de mamá. Cuando abro los ojos el niño está enfrente de mi. Grito el nombre de mamá pero ella no me oye y Toto no para de llorar. El niño clava sus largas uñas en el torso de mi perrito y arrancar el suave pelaje de mi cachorrito. Lloro, ya nunca más podré acariciar ese pelo que tanto me gusta. Cada vez el niño se acerca mas y mas a mi. Huele a alcantarilla. Eso hace que mis ojos lloren más. Cierro los ojos lo más fuerte que puedo y espero a que el niño se vaya. Cuanto más fuerte cierro los ojos menos huelo ese hedor putrefacto.

Por la mañana veo a mamá llorando agarrada al cuerpo de alguien. Me acerco para pedirla que deje de llorar, que me pone triste. Pero, cuanto mas cerca estoy,  mejor veo la figura que en la que mi madre llora. No, no, no. No puede ser, tiene que ser un espejo. Yo no estoy muera. Estoy aquí, con Toto acariciando los dedos de mis pies. Intento comunicarme con mamá y decirla que no es verdad, que sigo aquí. Pero antes de poder dirigirla la palabra el niño de la noche anterior clava sus uñas en mamá y así, sin ella quererlo, mamá vuelve a estar cerca de mi.

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