martes, 26 de noviembre de 2013

"Lo que nunca podré decirte" (Seis+Epílogo)

Estoy tumbada en la cama releyendo una y otra vez el pedazo de papel que tanto me ha costado escribir. No es demasiado bueno pero como casi todo estas últimas semanas es algo que tengo que hacer. Al igual que comer, ducharme, respirar y la que mas me cuesta de todas... vivir. Mis ojos pasan del vestido color crema que llevo puesto, a la escayola decorada por Jess y por último al papel que encierra tantas cosas por decir.

—Jess ayudame a levantarme. —Grito desde la cama.

—Ya voy. —Sale del baño y tengo que abrir y cerrar los ojos varias veces para asegurarme de que es ella.

—¡Jess estás preciosa! —Su pelo negro, normalmente revuelto y enredado, está liso y le cae hasta casi las caderas. Lleva un vestido rojo que marca todas sus curvas, inexistentes antes por el uso excesivo de camisetas anchas, y realza muchísimo su pecho.

—¿Estás sonriendo Charlotte? —Me mira sorprendida si hacer caso a mi halago y me llevo la mano a la boca. Vuelvo a ponerme sería y paso mi brazo por su cuello para que pueda levantarme y sentarme en la silla de ruedas.

—Esto es una mierda. —"Hoy es un día feliz para ella Charlie. Sonríe y respira. Acuérdate de eso y todo saldrá bien" me digo. —Quiero decir la silla de ruedas, me gustaría lucir el vestido que me has comprado y no ir aquí con él arrugado.

—Bueno la gente lo entenderá Char, —Me mira. —vamos a ver que puedo hacer con esas ojeras. — Y la dejo maquillarme porque a ella le hace feliz, y no pienso arrebatar la felicidad a nadie más.

—El discurso. —Me pasa el pedazo de papel que hay encima de la cama y salimos las dos de la habitación. Cuando bajamos por el ascensor suspiro resignada. —Vamos Charlie, solo te queda una semana y te quitan todo esto. —Dice señalando la silla y la escayola.


Cuando llegamos el salón de actos está lleno pero tenemos sitios reservados por ser alumnas. Nos sentamos al lado de nuestros compañeros de clase y escuchamos aburridos discursos de profesores hasta que por fin pasan a la graduación, nuestra graduación.

—Por último tenemos a Charlotte Collins. Alumna ejemplar que aparte de recibir su diploma nos va a dar un pequeño discurso.

Jess ya me ha ayudado a subir al escenario pero me siento incómoda hablando en silla de ruedas, ahora no quiero esconderme como tantas veces antes. Pido una silla alta y me siento. Mi primera impresión es que hay demasiada gente mirándome y me pongo nerviosa. Echo la mano atrás buscando su apoyo. Me agarra la mano fuerte y los nervios empiezan a desaparecer. Como me dijo Jess antes de subir: "Mirame a mi cuando hables". Y eso es lo que hago, aprieto esa mano que parece tan real y busco en el público a mi mejor amiga.

—Haceros una pregunta. ¿Sois felices? Si la respuesta es sí entonces vale, bien. Pero si os respondéis que no, levantaros de la silla, abrir la puerta e iros a hacer lo que os hace felices. —Cojo aire. —Porque, —chasqueo los dedos. —ahora mismo alguien acaba de morir y seguro que os estáis preocupando por cosas como no tener planes para el fin de semana, o por tener demasiados deberes. O como es mi caso, por los nervios de hablar en público en el discurso de fin de año. —Siento como su mano me acaricia el hombro para tranquilizarme. —Este año no ha sido el mejor año de mi vida si es que estáis esperando ese tipo de discurso. He perdido a alguien muy importante para mi y no le he apreciado de manera correcta hasta que me he dado cuenta de que ya no estaba. —El olor a sal se fue hace días pero parece que quiere revivir. No le contengo—Así que si queréis a vuestros hijos, padres, sobrinos, amigos, novios o lo que sea decírselo. Porque no hay cosa mas volátil que la vida y si la muerte nos la da de ventaja vamos a aprovecharla por los que ya no están. —Sigo sintiéndolo detrás de mi. —Porque las cosas cambian, los amigos se van y la vida no para por nada ni nadie. —Cito a Stephen Chbosky y agacho la cabeza agotada pero complacida por lo que acabo de hacer. No estoy nerviosa porque no he estado sola en el escenario, él ha estado conmigo en todo momento. El tacto de su mano era tan real, era Jim. Y se que mientras él esté conmigo en el escenario voy a poder hablar, cantar o hacer cualquier cosa que quiera porque él me ha dado la fuerza necesaria para hacerlo. A partir de ahora voy a vivir por mi y por él. Porque mientras que yo brille su luz no se apagará nunca.


***
Querido Jim,

Carta 13 con destino a ninguna parte. Se que tú no puedes leer esto pero me gusta escribirte. Esta semana hace un año desde que me mudé a California con Jess. No te lo he dicho nunca en ninguna carta pero la estoy ayudando a que cambie el mundo (bueno ya sabes, a su manera). Vamos a todos lados en bicicleta ya que ambas detestamos los coches y ella está encantada.
Como ya sabes empecé a trabajar de camarera en un bar donde me dejaban tocar por las noches y el otro día vino un hombre y... ¡Me ofreció un contrato! Se que estarías orgulloso de mí pero nada de esto me hubiese pasado sino hubiese sido por ti. Porque cada vez que canto te siento a mi lado y me hace sentirme segura. Te echo mucho de menos Jim, pero eso ya lo sabes.
La semana que viene vuelvo a casa y te prometo que te voy a ir a ver, me da igual que te separe de mi una roca porque para mi tú estás siempre a mi lado. Como antes. Como siempre.

Te quiero mucho mi estrella brillante,


Charlie. 


...Y fin. Gracias a todos mis lectores tanto de wattpad, como del blog. Me habéis animado a seguir escribiendo y dar por seguro que para final de año empezaré a subir otra historia más larga que espero que os guste. De verdad me encantaría saber vuestra opinión sobre la historia en general. Y bueno a mi ya no me queda nada más que deciros solo daros las gracias y animaros a darme vuestra opinión. Mil besos :), 

S.Jeanne

PD: No se porque hay partes del texto que salen en rosa. Perdón :S

No hay comentarios:

Publicar un comentario