Estoy tumbada en la cama releyendo una
y otra vez el pedazo de papel que tanto me ha costado escribir. No es
demasiado bueno pero como casi todo estas últimas semanas es algo
que tengo que hacer. Al igual que comer, ducharme, respirar y la que
mas me cuesta de todas... vivir. Mis ojos pasan del vestido color
crema que llevo puesto, a la escayola decorada por Jess y por último
al papel que encierra tantas cosas por decir.
—Jess
ayudame a levantarme. —Grito desde la cama.
—Ya
voy. —Sale del baño y tengo que abrir y cerrar los ojos varias
veces para asegurarme de que es ella.
—¡Jess
estás preciosa! —Su pelo negro, normalmente revuelto y enredado,
está liso y le cae hasta casi las caderas. Lleva un vestido rojo que
marca todas sus curvas, inexistentes antes por el uso excesivo de
camisetas anchas, y realza muchísimo su pecho.
—¿Estás
sonriendo Charlotte? —Me mira sorprendida si hacer caso a mi halago
y me llevo la mano a la boca. Vuelvo a ponerme sería y paso mi brazo
por su cuello para que pueda levantarme y sentarme en la silla de
ruedas.
—Esto
es una mierda. —"Hoy es un día feliz para ella Charlie.
Sonríe y respira. Acuérdate de eso y todo saldrá bien" me
digo. —Quiero decir la silla de ruedas, me gustaría lucir el
vestido que me has comprado y no ir aquí con él arrugado.
—Bueno
la gente lo entenderá Char, —Me mira. —vamos a ver que puedo
hacer con esas ojeras. — Y la dejo maquillarme porque a ella le
hace feliz, y no pienso arrebatar la felicidad a nadie más.
—El
discurso. —Me pasa el pedazo de papel que hay encima de la cama y
salimos las dos de la habitación. Cuando bajamos por el ascensor
suspiro resignada. —Vamos Charlie, solo te queda una semana y te
quitan todo esto. —Dice señalando la silla y la escayola.
Cuando
llegamos el salón de actos está lleno pero tenemos sitios
reservados por ser alumnas. Nos sentamos al lado de nuestros
compañeros de clase y escuchamos aburridos discursos de profesores
hasta que por fin pasan a la graduación, nuestra graduación.
—Por
último tenemos a Charlotte Collins. Alumna ejemplar que aparte de
recibir su diploma nos va a dar un pequeño discurso.
Jess
ya me ha ayudado a subir al escenario pero me siento incómoda
hablando en silla de ruedas, ahora no quiero esconderme como tantas
veces antes. Pido una silla alta y me siento. Mi primera impresión
es que hay demasiada gente mirándome y me pongo nerviosa. Echo la
mano atrás buscando su apoyo. Me agarra la mano fuerte y los nervios
empiezan a desaparecer. Como me dijo Jess antes de subir: "Mirame
a mi cuando hables". Y eso es lo que hago, aprieto esa mano que
parece tan real y busco en el público a mi mejor amiga.
—Haceros
una pregunta. ¿Sois felices? Si la respuesta es sí entonces vale,
bien. Pero si os respondéis que no, levantaros de la silla, abrir la
puerta e iros a hacer lo que os hace felices. —Cojo aire. —Porque,
—chasqueo los dedos. —ahora mismo alguien acaba de morir y seguro
que os estáis preocupando por cosas como no tener planes para el fin
de semana, o por tener demasiados deberes. O como es mi caso, por los
nervios de hablar en público en el discurso de fin de año. —Siento
como su mano me acaricia el hombro para tranquilizarme. —Este año
no ha sido el mejor año de mi vida si es que estáis esperando ese
tipo de discurso. He perdido a alguien muy importante para mi y no le
he apreciado de manera correcta hasta que me he dado cuenta de que ya
no estaba. —El olor a sal se fue hace días pero parece que quiere
revivir. No le contengo—Así que si queréis a vuestros hijos,
padres, sobrinos, amigos, novios o lo que sea decírselo. Porque no
hay cosa mas volátil que la vida y si la muerte nos la da de ventaja
vamos a aprovecharla por los que ya no están. —Sigo sintiéndolo
detrás de mi. —Porque las cosas cambian, los amigos se van y la
vida no para por nada ni nadie. —Cito a Stephen Chbosky y agacho la
cabeza agotada pero complacida por lo que acabo de hacer. No estoy
nerviosa porque no he estado sola en el escenario, él ha estado
conmigo en todo momento. El tacto de su mano era tan real, era Jim. Y
se que mientras él esté conmigo en el escenario voy a poder
hablar, cantar o hacer cualquier cosa que quiera porque él me ha
dado la fuerza necesaria para hacerlo. A partir de ahora voy a vivir
por mi y por él. Porque mientras que yo brille su luz no se apagará
nunca.
***
Querido Jim,
Carta
13 con destino a ninguna parte. Se que tú no puedes leer esto pero
me gusta escribirte. Esta semana hace un año desde que me mudé a
California con Jess. No te lo he dicho nunca en ninguna carta pero la
estoy ayudando a que cambie el mundo (bueno ya sabes, a su manera).
Vamos a todos lados en bicicleta ya que ambas detestamos los coches y
ella está encantada.
Como
ya sabes empecé a trabajar de camarera en un bar donde me dejaban
tocar por las noches y el otro día vino un hombre y... ¡Me ofreció
un contrato! Se que estarías orgulloso de mí pero nada de esto me
hubiese pasado sino hubiese sido por ti. Porque cada vez que canto te
siento a mi lado y me hace sentirme segura. Te echo mucho de menos
Jim, pero eso ya lo sabes.
La semana que viene vuelvo a casa y te prometo que te voy a ir a
ver, me da igual que te separe de mi una roca porque para mi tú
estás siempre a mi lado. Como antes. Como siempre.
Te
quiero mucho mi estrella brillante,
Charlie.
...Y fin. Gracias a todos mis lectores tanto de wattpad, como del blog. Me habéis animado a seguir escribiendo y dar por seguro que para final de año empezaré a subir otra historia más larga que espero que os guste. De verdad me encantaría saber vuestra opinión sobre la historia en general. Y bueno a mi ya no me queda nada más que deciros solo daros las gracias y animaros a darme vuestra opinión. Mil besos :),
S.Jeanne
PD: No se porque hay partes del texto que salen en rosa. Perdón :S
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