De repente te vuelve a la cabeza. Por culpa de una foto, por
culpa de un suspiro. Te vuelve a la cabeza ese poco tiempo que tuvisteis
juntos, ese rápido enamoramiento. Esa conversación breve, tan breve como eficaz
para destrozarte. Y como rápido enamoramiento que fue, rápidamente desapareció.
Pero el daño fue fuerte y las barreras para aislar su recuerdo demasiado frágiles.
Y no puedes evitar pensar que ojalá te hubiese engañado con
dulces mentiras para alargar ese tiempo juntos. Ojalá no hubiese decidido hacer
lo que era justo para ti. Ojalá te hubiese dejado elegir. Porque habrías
elegido ir a por él.
Y aun sabiendo que en la baraja todas eran sotas, habrías
apostado por el as.
{Volveré pronto, lo prometo. Estoy liadísima ahora mismo}
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